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Los tranquilizantes y suplementos calmantes ayudan a reducir nerviosismo, ansiedad y estrés en tu perro en situaciones como viajes, tormentas, visitas al veterinario o cambios en el hogar. Favorecen un estado de calma sin afectar su energía natural.
¿Qué son los tranquilizantes para perros?
Son productos formulados con ingredientes naturales como triptófano, valeriana, melisa o feromonas que contribuyen a relajar al perro de manera segura.
¿Por qué utilizarlos?
Ayudan a controlar la ansiedad, disminuyen comportamientos derivados del estrés como ladridos excesivos, destrucción de objetos o falta de apetito, y mejoran la convivencia.
¿Cuándo administrarlos?
En situaciones puntuales de estrés como mudanzas, fuegos artificiales o estancias en residencias. También en perros con ansiedad crónica, siempre con la orientación del veterinario.
Los tranquilizantes y suplementos calmantes ayudan a reducir nerviosismo, ansiedad y estrés en tu perro en situaciones como viajes, tormentas, visitas al veterinario o cambios en el hogar. Favorecen un estado de calma sin afectar su energía natural.
¿Para qué sirven?
Los tranquilizantes para perros sirven, como su propio nombre indica, para tranquilizar o calmar al perro en situaciones determinadas. Los calmantes para perros pueden usarse en muy diversas circunstancias: en ocasiones, simplemente se requieren para poder llevar a cabo una práctica con la mascota que de otra forma ésta no permitiría. Puede pensarse en un reconocimiento o algún procedimiento similar. También pueden ser usados por adiestradores caninos para ayudar al perro a superar una situación muy estresante o episodios de ansiedad. Por último, estos medicamentos también son conocidos como sedantes para perros y pueden usarse cuando se requiera que el animal descanse o se mantenga dormido.
¿Cómo se usan los tranquilizantes para perros?
Las instrucciones son muy estrictas. Los tranquilizantes para perros son medicamentos que usados de una manera incorrecta pueden poner en peligro la salud de la mascota. Por esta razón, son única y exclusivamente recetados por profesionales veterinarios y deben ser administrados siguiendo rigurosamente las instrucciones ofrecidas por los mismos, nunca de manera autónoma o de forma diferente a como se nos haya indicado previamente.
Generalmente, estos medicamentos se administran de forma oral aunque en la consulta del veterinario pueden administrarse mediante inyecciones. En cualquier caso, si el veterinario nos recomienda administrar algún calmante a nuestra mascota, antes de hacerlo nos dará instrucciones muy detalladas sobre las cantidades, sobre la frecuencia de administración y la forma más adecuada para que la mascota lo tome.
¿De qué están compuestos?
La composición de los tranquilizantes para perros va a depender mucho del tipo que sea. Algunos usan unas sustancias y otros, otras muy diferentes. La que sea mejor para nuestro amigo dependerá del criterio del veterinario que, a la hora de recetarlo, tendrá en cuenta numerosos aspectos como, por ejemplo, la edad, el peso, la raza, la situación y el historial clínico de nuestra mascota. Con todo esto, podrá recetar el calmante apropiado. En cualquier caso, si te surgen dudas respecto a la composición del tranquilizante que el veterinario le ha recetado a tu perro o hay algo del medicamento que no comprendes, siempre es recomendable que consultes directamente con él.
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de usar tranquilizantes para perros?
En primer lugar, y lo más importante que hay que tener en cuenta, es que los tranquilizantes son medicamentos que deben ser usados con suma responsabilidad. Nunca debemos administrar un calmante a nuestro amigo si nuestro veterinario no lo ha sugerido así y si no nos ha indicado como hacerlo correctamente. El resto de aspectos a tener en cuenta son comunes a todos los medicamentos como, por ejemplo, conservarlos en un ambiente adecuado y evitar su exposición al sol.